lunes, 31 de agosto de 2009

Un día en la playa


Me he acostumbrado a salir con mis amigos ya desde hace algunos años, los viernes es obligado salir siempre y cuando mi bolsillo no esté más roto que mi calcetín.

Hace unos cuantos meses se nos ocurrió ir a visitar las famosas playas del D.F. , las cuales son parte de la expresión folclórica de nuestro país, así que ya saben, cuando vengan a la ciudad no olviden visitar estos lugares.

Así que nos pusimos de acuerdo para ver quien llevaba los sándwiches, las chelas, las papas y demás. Me toco llevar las chelas, al llegar a los abarrotes de la esquina le pedí 3 six a "Don Juanito" , como a las 9:00 de la mañana estábamos listos para subirnos al coche y pasar un buen día.

Pensé, que bueno que nos vamos temprano así no habrá mucha gente y podremos entrar rápido, al llegar había una cola más grande que la del pago del agua, ni modo tendremos que esperar para poder pasar. Durante nuestra espera en la fila una señora se acerco a preguntarme que si la podía dejar pasar porque toda su familia ya estaba adentro y se le hizo tarde, amablemente le dije que si, cuando volteo, ¡había metido a la fila a sus hijos, primos, nietos, abuelita, perro y cotorro!.

Después de 2 horas de fila por fin llegamos a la taquilla, después de pagar nuestra entrada nos pasaron a revisión, en la cual nos dijeron que no podíamos pasar bebidas alcohólicas, por lo cual tuvimos que esconder las chelas entre las toallas.
Ya adentro lo primero era buscar un lugar en donde podernos ubicar, ¡ahí!, grito uno de mis amigos, debajo de una palmera había lugar para los 5, y como de la nada apareció la señora atascada de la entrada y se me quedo viendo, los dos volteamos a ver la palmera y como de película a ocupar el último lugar.

Después de haber esquivado a un niño en calzones, un perro, una abuelita en silla de ruedas y un panzón pude ganarle el lugar a la señora, la cual me vio feo y tuvo que buscar otro lugar, ¡si 1-1!.

Ahora si podremos descansar y pasarla bien, decidimos ir a la alberca, antes de entrar pudimos ver que había tanta gente como en el metro a las 6 de la tarde, como pudimos entramos, no me podía ni mover, entre gordos, niños saltando hacia la alberca, y uno que otro vendedor, si así es, ¡dentro de la alberca!.
Como siempre he pensado en la higiene antes que nada pregunte por los sanitarios, a lo cual un encargado de seguridad de ahí me dijo: "no pus este, aquí no tenemos baños joven, tiene que salirse pa fuera, y luego hasta ya lejotes por la entrada están los baños", a lo cual pensé, no creo que toda esta gente sea tan decente de ir hasta haya, quien saldría de la playa para ir al baño, ¡agghh! ya no me quiero volver a meter.

Después de caminar todo el estacionamiento y regresar a la palmera, decidimos comer, cuando vi mi reloj ya eran las 6 así que los de seguridad nos comenzaron a sacar.

Bueno creo que ha sido todo por hoy, una experiencia de verano la cual no podre olvidar, a pero esperen se preguntaran por la señora con la que tenia pleito, ella salió antes que nosotros junto con toda su familia compacta de 15 personas con todo y cotorro, en la salida obsequiaban 10 boletos para poder regresar a la playa artificial, a lo cual nos vimos a los ojos y a correr, y le volví a ganar y tengo mi pase gratis para regresar cuando quiera, ¡sí 2-1!.

Saben, pensándolo mejor creo que nunca volveré fue una experiencia la cual no olvidare ya que tuve marca personal de un manatí, hice mas fila que en el banco y las chelas no fueron suficientes como para poder olvidar este día.

¡A ese folclor me refiero!, ¡visítenlas son inolvidables!, además de que aprenderán de la especie nacusdefeñus hominidae.

viernes, 28 de agosto de 2009

Viaje en Micro


Todos en algún momento de nuestra vida hemos utilizado el transporte público o el famoso "Micro", viajar en una es toda una aventura.

Desde que estamos en la parada es toda una experiencia colorida, levantas la mano para que el chofer, se estacione y puedas subir, ya dentro lo primero es pagar el costo del viaje, un viaje el cual no olvidaras tan fácilmente, empezando por el chofer el cual no es más viejo porque viviría de las pensiones del gobierno; es decir lo suficientemente viejo.

En la primera parada se llena el microbús, pero como toda una persona hábil pude encontrar un lugar para poder sentarme, a lo lejos puedo observar que la segunda parada está por llegar, al llegar sube un pintoresco amigo el cual nos ofrece con un buen discurso unos chocolates pero siempre sutilmente y sin amenazas:

"Bueno venimos aquí presentándoles este rico, dulce y sabroso chocolate, llévese 1 por 3 pesos o bien 2 por 5 pesos" pero la presentación de esta golosina no acaba ahí, "venimos ofreciendo este producto ya que necesitamos dinero y como no queremos asaltar, ni amenazar gente nos gustaría que nos apoyaran con la compra de los chocolates", en ese momento fue cuando dije ¡me convencieron!, les compro uno.

A la siguiente parada ellos bajan, claro después de haber vendido bastantes chocolates, todo sea por el bienestar de ellos y que no roben, en eso sube una señora de la tercera edad pero como el camión iba lleno nadie le daba el lugar, descaradamente un señor se hace el dormido lo cual me causa gracia pero como me recuerda a mi abuelita me pare y le ofrecí mi lugar, a lo que ella me dice con una sonrisa ¡gracias!.

Me agarre fuertemente del tubo para no caerme en alguna de las carreras que el chofer venía haciendo con la micro de al lado, todo sea por ganarle el pasaje, a la siguiente parada se baja la señora la cual me ofrece de nuevo mi antiguo lugar, al mismo tiempo sube un grupo famoso "La Grupera Del Pueblo"el cual se sube a tocar banda entre toda la multitud, ¡lo que faltaba un concierto a bordo de la micro!.

A la falta de éxito del grupo solo un par de pasajeros les dan unas cuantas monedas, en esa misma parada en la cual bajan los gruperos, sube un payaso el cual comienza a hacer uno que otro chiste de los cuales uno me hace reír, por lo cual merece que le de 2.50.

A pocas paradas de mi destino el señor que iba a mi lado entre cabeceos se queda dormido en mi hombro a lo cual, decentemente le pedí que se quitara; es decir, con un solo empujón de mi hombro, su cabeza quedo en el hombro del tercer señor, este le aventó la cabeza hacia mi hombro, pero hábilmente me hice hacia adelante y casi se cae, para mi infortunio el señor se enoja conmigo como si hubiera sido mi culpa que se quedara dormido, que estuviera babeando y que no lo dejara dormir sobre mi hombro.

Bueno solo faltan unas cuantas paradas mas, pero como no ha sido mi gran día de suerte se me ocurre comentar, "solo falta que esta cafetera que nos lleva se descomponga", y si, como lo piensan se descompuso la porquería de camión.

Luego el chofer nos indico que nos bajáramos para cambiarnos a otro micro la cual estaba más vieja que la anterior cafetera.

Por fin he llegado a mi destino, creo que ha sido todo por un día y como olvidarlo si fui amenazado, me vieron feo y sobre todo tarde el doble de tiempo en poder llegar, quizás mañana me toque escuchar a un trovador o luchar por el último lugar del micro...

¡La próxima vez creo que utilizare el metro!

Bienvenidos

Pues primero que nada quiero darles la bienvenida a este blog en el cual podrán ver no solo un párrafo más, publicaré experiencias diarias que se viven en una ciudad como es está, ojala lo disfruten y pronto escribiré mi primer a reseña.

Asi que espero que si les gusta puedan dejar algun comentario.

Gracias
Atte. Fu-Manchu