miércoles, 2 de junio de 2010

Un Hábitat llamado "Tianguis"

Saben, esta ciudad nos ofrece tantas experiencias a pesar de que vivimos entre la desgracia y la burla, a pesar de vivir entre las inundaciones, las marchas y la delincuencia siempre tiene su lado cómico nuestra querida y… y… bueno ni tan querida.

Un sábado como cualquier otro me dirigía a casa de un amigo, a unas escasas cuadras de mi hogar por lo cual tome la decisión de irme caminando, tras haber recorrido entre 2 y 3 cuadras vi algo muy particular, algo que todos conocemos como “Tianguis”.

Este mercado sobre ruedas, como también se le conoce, este se convertiría en el nuevo reto al cual tendría que sobrevivir, puesto que la casa de mi amigo estaba tan solo unos cuantos metros.

Decidí aventurarme y entrar al tianguis con tal de acortar mi camino, lo que nunca me advirtieron es lo que viviría en este:

Al grito de - “Pásele marchanta que le damos”-, fui recibido por los primeros vendedores de queso y crema.

Pero eso no fue lo que más capto mi atención, sino el escuchar a “La Doña” de las verduras, la cual gritaba entonadamente – ¿Güerito que se va a llevar?-, lo que culmino con una carcajada por mi parte ya que la única persona cercana, era un señor el cual era más prieto que los frijoles que vendía la señora de las semillas.

Mientras continuaba esquivando niños corriendo, cargadores y una que otra señora con verdura, intentaba comprender este hábitat natural del “Nacus Defeñus”.

Los vendedores no dejaban de sorprenderme, pase de ser casi devorado vivo por las chicas de los pescados a ser acosado por el jotito que vendía ropa. Pero se preguntaran… ¿Pero si tan solo era unas cuadras, no?, para su sorpresa tan solo había recorrido de 6 a 7 puestos, lo cual significaba que iba a la mitad de mi camino

Tras ser correteado por un perro, el cual parecía haber mutado gracias a los desechos del tianguis llegue a mi destino.

¿Lo ven?, esta ciudad nos da tantas sorpresas y en tan solo un viaje, ya sea corto o largo, como en antiguas anécdotas relatadas por su guía citadino (YO), les he mostrado que la especie a seguir, es única e irrepetible, ¡Porque somos mexicanos y entre nosotros se en encuentra el: ¡Nacus Defeñus Hominidae!