¿Mala suerte? O simplemente un mal día, quizás todos hemos pasado por alguna situación en la cual las cosas no nos favorecen, unos lo llaman “Karma”, otros lo llaman “Justicia”, yo prefiero llamarlo, Destino.
El lunes por si solo ya es un día malo, ya que significa regresar a nuestra triste y humillante realidad, pero ¿qué tan malo puede ser un lunes?, todo empezó cuando desperté y no porque no tuviera sueño, sino porque un maldito mosco no me dejaba dormir y como no podía ver e intente matarlo, acabe tirado en el suelo.
Después de haberme levantado de no un muy buen modo me dirigí a ver la hora, cuando voy viendo mi reloj… 6:00 Am, lo cual significaba solo una cosa… ¡Demonios se me hizo tarde!
Así que mi rutina normal de prepararme en 25 min para salir de mi casa rumbo a la prepa, se acorto a tan solo 10 min, se preguntaran ¿Y este cochino se baño?, si, ahí fue cuando me di cuenta que puedo coordinar bastante bien, mientras me lavaba los dientes con la mano derecha, con mi mano izquierda me peinaba, mientras que con mi pie derecho iba metiendo mis cosas en mi mochila.
El reloj marcaba las 6:10, a lo cual tome mis cosas y salí en dirección a mi destino.
Después de un día atareado en la escuela en la cual no me pudo haber ido peor ya que llegue tarde, tuve 3 exámenes, todos me veían peor que teporocho de barrio (por mi aspecto de desvelado), había esperado el momento de partir y regresar a mi casa a descansar.
Entre la lluvia apareció un famoso personaje “Chango león”, al verlo ya de cerca no era más que un simple borracho callejero, ¡Que decepción!, tenía pensado tomarme la foto con él , para describir de buen modo a este simpático amigo… tenía unos guantes más viejos que los calzones de un gordo de 100 kilos y con diarrea, llevaba un abrigo más viejo que la jerga de mi casa y para rematar su buena botella de mezcal.
Iba tan ambientado que podría decirse que él era la fiesta, entre bailes y cantos, se le acerco a un señor al cual le dijo: “oiga Don me podría decir ¿ pa’ donde jala ese camión?”, a lo cual el señor de buen modo le contesto, va para el norte, “ire’ fíjese no‘mas , que pa aya voy yo”, a lo cual se despidió con un abrazo y una palmada en la cara del señor.
Después de haber cacheteado a varias personas que esperaban el micro, se quedo dormido debajo de un puesto de periódicos, de pronto un perro se acerco a chuparse su mezcal pero el teporocho estaba tan profundamente alcoholizado que brindo con él.
A unas cuantas cuadras de mi casa baje a lo lejos pude observar, que mi vecino iba a entrar al edificio, así que me apresure para que no me cerrara la puerta, ya que había olvidado las llaves, mientras iba corriendo no me percate que en la esquina había una coladera abierta, casi me caigo ¡Uff, que alivio! imagínense si me hubiera caído, al voltear me resbalo y me caigo en un charco a pero un niño gordo que iba pasando por ahi se ríe de mi.
Lo más triste es que ni si quiera estaba en posición de burlarse de alguien, tenia lentes, pesaba el doble que yo y era chaparro, además que parecía cruza de bulldog y perro callejero.
Después de haberme levantado de no un muy buen modo me dirigí a ver la hora, cuando voy viendo mi reloj… 6:00 Am, lo cual significaba solo una cosa… ¡Demonios se me hizo tarde!
Así que mi rutina normal de prepararme en 25 min para salir de mi casa rumbo a la prepa, se acorto a tan solo 10 min, se preguntaran ¿Y este cochino se baño?, si, ahí fue cuando me di cuenta que puedo coordinar bastante bien, mientras me lavaba los dientes con la mano derecha, con mi mano izquierda me peinaba, mientras que con mi pie derecho iba metiendo mis cosas en mi mochila.
El reloj marcaba las 6:10, a lo cual tome mis cosas y salí en dirección a mi destino.
Después de un día atareado en la escuela en la cual no me pudo haber ido peor ya que llegue tarde, tuve 3 exámenes, todos me veían peor que teporocho de barrio (por mi aspecto de desvelado), había esperado el momento de partir y regresar a mi casa a descansar.
Entre la lluvia apareció un famoso personaje “Chango león”, al verlo ya de cerca no era más que un simple borracho callejero, ¡Que decepción!, tenía pensado tomarme la foto con él , para describir de buen modo a este simpático amigo… tenía unos guantes más viejos que los calzones de un gordo de 100 kilos y con diarrea, llevaba un abrigo más viejo que la jerga de mi casa y para rematar su buena botella de mezcal.
Iba tan ambientado que podría decirse que él era la fiesta, entre bailes y cantos, se le acerco a un señor al cual le dijo: “oiga Don me podría decir ¿ pa’ donde jala ese camión?”, a lo cual el señor de buen modo le contesto, va para el norte, “ire’ fíjese no‘mas , que pa aya voy yo”, a lo cual se despidió con un abrazo y una palmada en la cara del señor.
Después de haber cacheteado a varias personas que esperaban el micro, se quedo dormido debajo de un puesto de periódicos, de pronto un perro se acerco a chuparse su mezcal pero el teporocho estaba tan profundamente alcoholizado que brindo con él.
A unas cuantas cuadras de mi casa baje a lo lejos pude observar, que mi vecino iba a entrar al edificio, así que me apresure para que no me cerrara la puerta, ya que había olvidado las llaves, mientras iba corriendo no me percate que en la esquina había una coladera abierta, casi me caigo ¡Uff, que alivio! imagínense si me hubiera caído, al voltear me resbalo y me caigo en un charco a pero un niño gordo que iba pasando por ahi se ríe de mi.
Lo más triste es que ni si quiera estaba en posición de burlarse de alguien, tenia lentes, pesaba el doble que yo y era chaparro, además que parecía cruza de bulldog y perro callejero.
Tuve que espera alrededor de 2hrs para que alguien entrara al edificio y pudiera acceder a mi casa, por lo cual parecía caldo de gallina (de esos que vende debajo de los puentes), con grumos de lodo y demás.
Tras haberme quitado una envoltura de papas de la espalda y haber podido entrar a mi casa, pude tomar un reconfortante baño el cual me devolvió mi integridad.
Esto le puede suceder a cualquiera que vive en la ciudad de las inundaciones, en la cual podremos decidir entre nadar o simplemente viajar en trajinera.
Tras haberme quitado una envoltura de papas de la espalda y haber podido entrar a mi casa, pude tomar un reconfortante baño el cual me devolvió mi integridad.
Esto le puede suceder a cualquiera que vive en la ciudad de las inundaciones, en la cual podremos decidir entre nadar o simplemente viajar en trajinera.