miércoles, 23 de septiembre de 2009

No podría haber sido peor

¿Mala suerte? O simplemente un mal día, quizás todos hemos pasado por alguna situación en la cual las cosas no nos favorecen, unos lo llaman “Karma”, otros lo llaman “Justicia”, yo prefiero llamarlo, Destino.

El lunes por si solo ya es un día malo, ya que significa regresar a nuestra triste y humillante realidad, pero ¿qué tan malo puede ser un lunes?, todo empezó cuando desperté y no porque no tuviera sueño, sino porque un maldito mosco no me dejaba dormir y como no podía ver e intente matarlo, acabe tirado en el suelo.

Después de haberme levantado de no un muy buen modo me dirigí a ver la hora, cuando voy viendo mi reloj… 6:00 Am, lo cual significaba solo una cosa… ¡Demonios se me hizo tarde!

Así que mi rutina normal de prepararme en 25 min para salir de mi casa rumbo a la prepa, se acorto a tan solo 10 min, se preguntaran ¿Y este cochino se baño?, si, ahí fue cuando me di cuenta que puedo coordinar bastante bien, mientras me lavaba los dientes con la mano derecha, con mi mano izquierda me peinaba, mientras que con mi pie derecho iba metiendo mis cosas en mi mochila.

El reloj marcaba las 6:10, a lo cual tome mis cosas y salí en dirección a mi destino.

Después de un día atareado en la escuela en la cual no me pudo haber ido peor ya que llegue tarde, tuve 3 exámenes, todos me veían peor que teporocho de barrio (por mi aspecto de desvelado), había esperado el momento de partir y regresar a mi casa a descansar.

Entre la lluvia apareció un famoso personaje “Chango león”, al verlo ya de cerca no era más que un simple borracho callejero, ¡Que decepción!, tenía pensado tomarme la foto con él , para describir de buen modo a este simpático amigo… tenía unos guantes más viejos que los calzones de un gordo de 100 kilos y con diarrea, llevaba un abrigo más viejo que la jerga de mi casa y para rematar su buena botella de mezcal.

Iba tan ambientado que podría decirse que él era la fiesta, entre bailes y cantos, se le acerco a un señor al cual le dijo: “oiga Don me podría decir ¿ pa’ donde jala ese camión?”, a lo cual el señor de buen modo le contesto, va para el norte, “ire’ fíjese no‘mas , que pa aya voy yo”, a lo cual se despidió con un abrazo y una palmada en la cara del señor.

Después de haber cacheteado a varias personas que esperaban el micro, se quedo dormido debajo de un puesto de periódicos, de pronto un perro se acerco a chuparse su mezcal pero el teporocho estaba tan profundamente alcoholizado que brindo con él.

A unas cuantas cuadras de mi casa baje a lo lejos pude observar, que mi vecino iba a entrar al edificio, así que me apresure para que no me cerrara la puerta, ya que había olvidado las llaves, mientras iba corriendo no me percate que en la esquina había una coladera abierta, casi me caigo ¡Uff, que alivio! imagínense si me hubiera caído, al voltear me resbalo y me caigo en un charco a pero un niño gordo que iba pasando por ahi se ríe de mi.

Lo más triste es que ni si quiera estaba en posición de burlarse de alguien, tenia lentes, pesaba el doble que yo y era chaparro, además que parecía cruza de bulldog y perro callejero.
Tuve que espera alrededor de 2hrs para que alguien entrara al edificio y pudiera acceder a mi casa, por lo cual parecía caldo de gallina (de esos que vende debajo de los puentes), con grumos de lodo y demás.

Tras haberme quitado una envoltura de papas de la espalda y haber podido entrar a mi casa, pude tomar un reconfortante baño el cual me devolvió mi integridad.

Esto le puede suceder a cualquiera que vive en la ciudad de las inundaciones, en la cual podremos decidir entre nadar o simplemente viajar en trajinera.

martes, 1 de septiembre de 2009

Servicio por 2 pesos


Como sabrán en una de mis anteriores experiencias, mi viaje no fue tan rápido ni placentero como yo lo esperaba por lo cual decidí que sería una mejor opción viajar en metro.

Si, el metro, aquel tren sofisticado que uno lo puede identificar de muy buen modo por su característico color naranja, pero eso es lo de menos, lo que pasa adentro es aun mas inusual.

¿Quién iba a pensar que por 2 simples pesos uno tendría uno de los espectáculos urbanos mas característicos de esta ciudad? Ni el Peje podría prever tal experiencia, aunque sus comerciales hablen de los payasos urbanos.

Bueno todo comenzó con un dilema, ¿Viajar en micro o metro?, la última vez no me fue tan bien en la micro así que probemos el metro.

Como todo un inexperto entre a la estación del metro en la cual me dirigí a la taquilla en la cual compre mi boleto, tuve que caminar alrededor de 200 m para poder ingresar al andén y estaba más que listo para abordar, a lo lejos pude observar que el metro se acercaba a lo que dije: ¡Le voy a hacer la parada porque si se me pasa no se cuanto tarde!, cuando me di cuenta el metro casi me vuela el brazo, fue cuando entendí que no se le hacia la parada al metro.

Ya dentro emprendí mi largo viaje, bueno no tan largo solo unas cuantas estaciones para llegar a mi casa, en la primer parda subió un vendedor el cual ofrecía de un modo singular los éxitos del príncipe de la canción: “Amigo pasajero hoy no le miento le vengo ofreciendo este disco formato mp3 con 150 éxitos del príncipe de la canción José José, este disco contiene éxitos como, gavilán o paloma, 40 y 20 entre otros”, el tipo llevaba su mochila y una bocina de coche, la cual se parecía mucho a la que le habían robado a un amigo no hace mucho tiempo de su choche, ¡qué raro!.

Pero bueno, en la siguiente parada, otro vendedor subió pero este no ofrecía discos, este vendía el nuevo reglamento vehicular del D.F., pensé, estoy de suerte porque todavía ni sale el original, ahh estos comerciantes siempre teniendo los mejores productos, pero claro siempre sin robar y sin piratería.

Después de haber pasado unas cuantas estaciones entendí porque el boleto del metro cuesta tan solo 2 pesos, te ofrecen una gran variedad de servicios entre los cuales están:
· Masaje entre las multitudes
· Sauna gratuito
· Tianguis a bordo

Y estos son solo algunos de los servicios que te dan por tan solo 2 pesos.

En la siguiente estación pude observar a lo lejos que venía el circo, pero no como podría ser esto y en el metro, pero al ver solo un faquir urbano me pude dar cuenta que no venían con los payasos ni los camellos, lastima será otra vez, este singular amigo se dirigió a los pasajeros de muy buen modo: “ señores pasajeros nosotros venimos haciendo este acto ya que necesitamos dinero, y como no queremos robar, ni secuestrar ni hacer delitos intentamos ganarnos la vida”, mmm eso me suena muy conocido, “ nosotros hemos llevado una vida difícil en la calle, y si ustedes no quieren que sus hijos lleven una vida llena de drogas, peleas y demás apóyenos”, creo que empiezo a entender esto de las extorsiones en transportes públicos.

El señor se metió unos azotones en el piso para demostrarnos que venía tan moteado que no sentía los vidrios en su espalda, en la siguiente parada el bajo a lo cual un policía lo vio, y lo comenzó a corretear, se preguntaran ¿agarraron al faquir?, si, si lo agarraron pero para esto tuvieron que llegar los refuerzos del señor autoridad el cual tenía cuerpo de puerco y no lo pudo alcanzar.

Pobre tipo él solo quería hacer un acto, en la siguiente estación llego un grupo de jotitos a lo cual todos los pasajeros se les quedaban viendo, a lo cual un señora comentaba, “esta juventud, en mis tiempos existía respeto” a lo cual voltea a verme, tu no mijito tu estas decente, uff me salve, “estos muchachitos nada mas les falta ponerse tacones y bajarse del metro a conseguir chamba sobre tlalpan”, (el que entendió, entendió).

Por fin he llegado a mi destino, creo que todo lo que se refiere al transporte en la ciudad, no es más que el folclor mexicano en escena, y saben es tan barato viajar para que te masajeen, vivir un tianguis sobre ruedas, sauna gratuito, olor a tacos, sudor, y burro, y sobre todo aprender que nuestras autoridades siguen comiendo tacos mientras somos amenazados.

Bueno ha sido todo espero que la próxima vez pague entrada para cada uno de los servicios individualmente ya que todos juntos dan como conclusión al metro.