lunes, 25 de abril de 2011

Enfiestado en el pueblo

Cuando uno relata la diversidad cultural de nuestro país, nos percatamos que es sumamente amplia y tradicionalista. En alguna ocasión hemos sido participes o quizás únicamente hemos escuchado hablar de las famosas y típicas “Fiestas del pueblo”.

Usualmente éste tipo de eventos se efectúan en conmemoración de fechas especiales, pertenecientes alguna familia de la colonia, del barrio o de algún símbolo de la comunidad que realiza este inigualable y pintoresco evento.
  • ·        XV años
  • ·        Bodas
  • ·        Bautizos
  • ·        Fiesta del santo del pueblo


Mesas repletas de gente desconocida, gallinas, puercos y guajolotes corriendo por debajo del templete de la futura banda revelación de duranguense y uno que otro niño apedreando perros callejeros, son el preámbulo de una fiesta que pretende dejar huella.

Los elementos primordiales que componen éste tipo de celebraciones son tan folclóricos que no en cualquier lugar se podrían presenciar.

Los ritmos musicales “guapachosos” no pueden ser de ningún modo omitidos, puesto que forman parte del color de éstas celebraciones. Pistas singulares y populares son interpretadas, sí, aquellas canciones que forman parte del popúlum y que alguna vez hemos escuchado en el transporte público.
  • ·        El Venado
  • ·        La Vaca
  • ·        El Baile del perrito
  • ·        El Paso de gigante
  • ·        17 Años




La locación no se dice cualquiera, la calle del barrio es el lugar perfecto para efectuar el evento, el taller mecánico de “Don Pepe”, la tlapalería “El Tuercas” y la tienda de abarrotes “Miguelito III”, son el soporte principal donde se podrá extender una lona amarilla que dará cabida a toda la gente del pueblo.



Casi todo está listo, pero como un “Nacus Defeñus Hominidae” no puede pasar por alto la seguridad de la colonia, atraviesa microbuses, combis y taxis, evitando el flujo de automóviles y personas externas a la celebración.

Entre el mole, las tortillas y el arroz, claro sin olvidar uno que otro perro deambulando entre las mesas, se escucha atentamente el discurso proporcionado por el padre de la XV añera o por el Sacerdote de la parroquia, según sea la ocasión. El banquete es proporcionado por la familia en conjunto con la “Doña” de las gorditas y la “Seño” de la fonda económica.

A la hora del “zapateado”, “bailongo” o tumulto del “Nacus Defeñus Hominidae”, el cual mejor dicho parece manifestación de campesinos encuerados en reforma, podemos añadir la famosa banda del pueblo “La Grupera”.

Tras ésta grata imagen, un tanto revolcada en lodo y empapada en el aguarrás para el brindis, no podemos concluir sin antes recordar el famoso e irritante grito de “♪Queremos pastel, pastel, pastel […] ♪”

Y pues de aquí a la fiesta porque ya tengo preparados mis mejores harapos, mi caballo y una botella de mezcal, así que ¡Salud!, porque el “bailongo” espera, las muchachas estarán a la expectativa de los galanes de balneario y al ritmo de la boa me despido. “♪ Es la boa[…] ♪”